Ventana del visitante
Marca Parque Natural, garantía de calidad
Senderos señalizados
En el Parque Natural de los Alcornocales se desarrolla el mayor alcornocal de la Península Ibérica y uno de los más importantes del mundo, tanto por su valor ecológico como el de su principal recurso, el corcho, cuyo aprovechamiento racional ha sido explotado desde tiempos inmemoriales. A este atractivo se suman sensibles formaciones de laurisilva, propias de regiones subtropicales, que encuentran refugio en los denominados "canutos", valles profundos y estrechos excavados por los arroyos y ríos.
Las 167.767 ha del Parque se distribuyen desde Tarifa, en el sur de la provincia de Cádiz, hasta Cortes de la Frontera en el
noroeste de la provincia de Málaga, donde linda con el Parque Natural Sierra de Grazalema. El alcornoque es un árbol ampliamente distribuido en la región mediterránea del que ha
destacarse su peculiar adaptación al fuego. Le acompañan en menor medida acebuches, quejigos, robles melojos, pinos, fresnos y alisos. En los suelos más pobres abundan los matorrales constituidos
por majuelos, sanguinos, madroños, lentiscos, jaras, brezos, cantuesos, entre otras muchas especies. Los canutos, gracias a su elevada humedad ambiental, desarrollan una peculiar vegetación
formada por laureles, rododendros, aliso, durillos, acebos y helechos, que los hacen merecedores de una protección especial.
No menos valiosa es la presencia de rapaces con un total de 18 especies, entre las que se cuentan águilas
calzadas, culebreras y ratoneras, azores, gavilanes, búhos y cárabos. Sin embargo el gran protagonista de los cielos es el buitre común.
La presencia humana data de épocas remotas, como testimonian las tumbas antropomorfas y las pinturas
rupestres encontradas en lajas y abrigos de las sierras. Fenicios y griegos fueron los primeros en colonizar y comerciar en estos parajes. De la época romana, en la que se fundaron ciudades como
Oboa -la actual Jimena de la Frontera- queda un rico patrimonio, como son los acueductos y calzadas. De la larga y enriquecedora etapa Andalusí nos quedan diversas muestras de ingeniería
hidráulica así como un valioso legado cultural, que impregna aún hoy hasta el último rincón de los pueblos y sus gentes.
El descorche, la cacería, la ganadería, el brezo, y las setas son las principales fuentes de ingresos, ejemplos de una economía sostenible donde el alcornocal garantiza su persistencia en el tiempo. De ahí la importancia de su conservación.